Cuando el resto del mundo está inmerso en un profundo y placentero sueño, Gaspar y Sergio llevan ya un buen rato amasando y preparando pan. Estos hermanos ontinyentins conocen la profesión desde bien pequeños. Son la cuarta generación de una familia de artesanos que empezó en 1933.
Están ya acostumbrados a trabajar de madrugada, y le restan importancia. “No es más duro que el trabajo de un camionero o de un agricultor; cada empleo tiene lo suyo. Y al final, te acostumbras y adaptas tu ritmo de vida al horario”, explican los artesanos.
A pesar de que han pasado más de 85 años desde la fundación de Forn l’Ermiteta, mantienen la base de la elaboración de antaño y resaltan que lo esencial para un buen producto final son las materias primas de calidad. “Lo principal es ofrecer un producto de calidad, y elaborarlo como siempre”, así lo explican mientras preparan con sus propias manos las monas que tienen encargadas para esta Pascua, más de 1.200. Admiten que actualmente se ayudan de máquinas que les facilitan el amasado, pero que las recetas son las de toda la vida; las que aprendieron de sus padres, de sus tíos y abuelos.
El pan es su principal producto. Han llegado a elaborar hasta 60 tipos diferentes. Quizás, los más peculiares han sido el de espirulina (alga azul) y el pan elaborado con agua de mar. Aparte de estas novedosas creaciones, les gusta mucho trabajar con todo tipo de cereales, como el centeno, la espelta o el kamut.
Más allá del pan, elaboran bollería artesanal, mongàvines, tartas y comida para llevar, éste último servicio incorporado hace poco tiempo a su tienda de la avenida Almaig. Preparan entre 4 ó 5 platos cada día y, además, hacen comidas especiales para Navidad, Moros y Cristianos, Bou en Corda y Fira d’Ontinyent. Y, por descontado, ahora que llega la Pascua están en temporada alta. Además de las de siempre, ofrecen las monas sin azúcar para diabéticos, rellenas de sobrasada, de chorizo, de longaniza... Las hay para todos los gustos.
Cuentan con los puestos de la calle Les Eres 10, la avenida Almaig 45 y el Mercado Municipal de Ontinyent. Su perfil de cliente varía un poco dependiendo de la tienda, ya que, por ejemplo a la de Les Eres, ubicada en el barrio de Sant Antoni, suele acudir gente de más avanzada edad, la de toda la vida, mientras que a la avenida Almaig y al Mercado Municipal acude una clientela más variada, gente joven que está recuperando la tradición de comprar productos artesanos. En el Mercado, donde acuden también clientes de otras localidades, aprovechan para lanzar y dar a conocer productos nuevos.
En Forn l’Ermiteta resaltan la importancia de diferenciar y valorar los productos artesanos y de calidad, para que no se pierdan las buenas costumbres.