El Los trabajos efectuados pueden provocar más visibilidad de algunos insectos, que salen de sus hábitats para morir ha intensificado las tareas de control y prevención de plagas a las últimas semanas para evitar su proliferación en verano. La concejal de Sostenibilidad, Sayo Gandia, recordaba que diferentes estudios técnicos apuntan que “el verano que empieza en unos días llega con una combinación de humedad después de un inicio de año con mucha lluvia, seguido de un intenso calor, condiciones a las que tenemos que añadir cambios a los equilibrios que existían debido al COVID-19, que ha provocado que los lugares donde buscaban alimento algunos insectos hayan cambiado a consecuencia del confinamiento de los seres humanos”.


Ante esto, y en el marco de los trabajos que realiza la empresa adjudicataria del Servicio de Control Integral de Plagas Urbanas (CTL), el Ayuntamiento de Ontinyent ha procedido durante las últimas semanas a efectuar varias tareas de control y prevención, prestando atención en la lucha contra el mosquito tigre, las cucarachas y los roedores, además del control de la población de palomas. Unos trabajos que en el caso de algunos insectos como las cucarachas, “pueden provocar una mayor visibilidad de estos insectos que salen de sus hábitats para morir, especialmente la cucaracha americana, que es voladora, pero entra dentro de la normalidad y no tiene que alarmar a la ciudadanía”, explicaba.


Así, los operarios de la empresa CTL han revisado y actuado además del 80% de los 1.600 pozos de registro del alcantarillado existentes en Ontinyent, prestando especial atención a zonas de riesgo, como por ejemplo, las cotas bajas de La Vila y el centro histórico o las que registran una elevada humedad, como la zona norte del barrio del Llombo, así como la urbanización el Pilar o los polígonos industriales. Además de la red de alcantarillado, se actúa en la de alumbrado y semafórica, con especial atención en las confluencias del río Clariano; y espacios abiertos de todo el casco urbano, incluidos los colegios públicos, Palau de La Vila, bibliotecas, áreas de perros y Polideportivo, entre otros.



La colaboración ciudadana, clave contra el mosquito tigre


Sayo Gandia, que recordaba que todos estos trabajos se añaden a los que se realizan para evitar la aparición de la bacteria legionela en los sistemas públicos de riego por aspersión e instalaciones de agua, incidía que en el caso concreto del mosquito tigre “la implicación de la ciudadanía es clave, puesto que el Ayuntamiento actúa en imbornales, jardines y espacios públicos, pero el mosquito tigre necesita poca cantidad de agua para criar, y por eso los vecinos y vecinas tienen que actuar en su día a día porque entre todas y todos podamos evitar su proliferación”, señalaba.


Entre las medidas con las que la ciudadanía puede colaborar está evitar el uso de recipientes que puedan acumular agua estancada; mantener los niveles de cloros adecuados en piscinas, balsas y estaños; proteger los pozos y aljibes con mallas mosquiteras; vigilar el riego por goteio; renovar cada 2 o 3 días el agua de los abrevaderos de los animales y echar agua en los sumideros, al menos una vez en la semana.