Desde el sábado, a las 20:00 Ontinyent se moviliza desde sus casas para dar las gracias a los sanitarios, transportistas, cajeros, etc.
Una manera que han encontrado los ontinyentins, y el resto de españoles, de sobrellevar el encierro en sus hogares y agradecer la labor de las personas que siguen trabajando a pesar de las circunstancias, como los sanitarios, transportistas, industriales, reparadores, reponedores, cajeros, etc., han sido los aplausos desde los balcones.
El primer día de encierro, el sábado 14, el toque de queda fue a las 22:00 horas. Las luces de los balcones empezaron a encenderse unos minutos antes y el desconcierto por la situación se volvió en unión. Los primeros aplausos empezaron a escucharse en las calles de Ontinyent hasta convertirse por momentos en abrumadores. Un hecho espontáneo, surgido desde el clamor popular, que ha continuado a lo largo de la semana.
A partir del segundo día de confinamiento la hora se adelantó a las 20:00 horas, para que pudieran participar también los más pequeños en estos aplausos, también acompañados por alguna cacerolada y algún ‘viva España’. Gesto que está siendo símbolo de unión de toda una nación. En algunas calles los trabajadores de las farmacias han dejado por unos minutos su labor para acompañar a los ontinyentins en el aplauso, dejando paso a momentos emotivos.
También se ha podido ver algún cartel esperanzador de “todo irá bien”, acompañado por el dibujo de un arcoíris, así como imágenes del Cristo de la Agonía y de la Purísima Concepción, patrones de Ontinyent, como símbolo de esperanza y plegaria para que todo vaya bien.