El coronavirus ha proyectado un tipo de turista diferente en Ontinyent, de procedencia más próxima y con interés por las zonas rurales y la naturaleza. Los espacios abiertos y al aire libre dan a muchos la seguridad que necesitan para disfrutar tranquilos en un escenario de pandemia.
Así lo demuestran los datos ofrecidos por la Tourist-Info Ontinyent, desde donde explican que ha aumentado la demanda de información no presencial (teléfono, correo electrónico, redes sociales) en más de un 500%, la mayoría sobre alojamientos rurales, zonas de acampada y sobre el uso del Pou Clar. “No tenemos datos de ocupación hotelera pero sabemos que la mayoría de turistas han preferido el turismo rural por la tranquilidad y la seguridad de no tener que compartir las zonas comunes o de hacerlo con un número muy reducido de personas”, matiza Pilar Torró, responsable de la Tourist-Info. “En este verano ‘atípico’ la predilección ha sido por destinos próximos que ofrecen actividades al aire libre como rutas de senderismo o en bicicleta”, añade.
Si otros años los turistas extranjeros suponían una parte importante de las visitas, este año ha supuesto el mayor desplome, puesto que el turismo extranjero ha caído un 75% en los meses de julio y agosto respecto a 2019. Aquellos que sí se han decidido visitar la ciudad han sido en su mayoría franceses. El perfil de turista de este año ha pasado a ser de la propia Comunidad Valenciana y local, aunque también se han recibido visitas desde casi todas las comunidades autónomas españolas.
En cantidades globales, y a pesar de las circunstancias, Ontinyent ha recibido un poco más de 2.000 visitantes entre los meses de julio y agosto, lo que supone un 65% menos de visitantes respecto a los 5.700 turistas del año anterior. Se han realizado visitas guiadas al aire libre a grupos reducidos de 15-20 personas, adaptándose así a la normativa de seguridad. “Han tenido mucha aceptación y se han completado rápidamente”, comenta Pilar Torró, responsable de Tourist-Info Ontinyent. En concreto, se han organizado rutas de senderismo por el barranco de la Purísima y por el patrimonio del río Clariano al paso por el casco urbano; rutas nocturnas: una sobre leyendas, mitos y milagros; y uno otra literaria, una cultural por la Vila en la cual se subió al campanario, y las del trekking acuático hasta que cerraron el Pou Clar.
Por último, desde la Tourist-Info han querido hacer una lectura positiva, puesto que a pesar de que Ontinyent no es una ciudad eminentemente turística y que la no celebración de las Fiestas, las restricciones de movilidad y la falta de confianza han afectado de manera negativa a los viajes a nivel mundial, destacan “la aceptación y excelente acogida a las visitas guiadas”.