El paraje natural del Pou Clar está siendo una de las alternativas más elegidas por los bañistas para paliar las altas temperaturas, a pesar de estar desaconsejado el baño atendiendo al informe del CSIC.
Así lo constatan desde la Asociación ‘Amics del Pou Clar’, quienes destacan que, aunque la masificación no está alcanzando las cifras de otros años, debido a las limitaciones impuestas por el Ayuntamiento de Ontinyent para mitigar el riesgo de contagio, sí que se ha llegado a alcanzar el máximo aforo 245 personas en el mismo momento, sobre todo durante los fines de semana. Los visitantes proceden sobre todo de otras localidades, de la provincia de Alicante, otros municipios de la Vall d’Albaida y de La Costera, entre otras.
Difícil respetar la distancia de seguridad
Los tres vigilantes contratados por el consistorio se encargan de velar por que no se supere este aforo. No obstante, lo más difícil está siendo que se respete la distancia de seguridad entre los bañistas, ya que, una vez dentro del paraje, éstos se quitan las mascarillas, como ocurre en las playas. Les toca, además, lidiar con ellos para que no entren comida al paraje. Algunos, llegados desde lejos para pasar el día, intentan saltar las vallas y acceder por sitios cercados, colar las neveras y los enseres para comer, etc.
El Ayuntamiento de Ontinyent sigue manteniendo las normas de uso y acceso al paraje en esta situación extraordinaria de crisis sanitaria. Además del aforo limitado, se añade la prohibición de aparcar en los parkings, alrededores y caminos adyacentes, por lo que sólo se puede acceder a pie o en bicicleta por la senda del Alba y Galindo. Normas que son más difíciles de cumplir por los visitantes foráneos, que utilizan los caminos y las sendas de los alrededores del paraje para aparcar, con la consecuente molestia para los vecinos. A pesar de las multas interpuestas por las autoridades en las últimas semanas, gracias al refuerzo de Policía Local y Guardia Civil por la zona, la afluencia de vehículos sigue siendo muy alta y las molestias que sufren los vecinos continúan. Así lo constatan los vecinos de los caminos próximos al Pou Clar.
Por otro lado, en lo que respecta al problema de la basura, vecinos consultados por este periódico admiten que, aunque algunos visitantes siguen sin dar muestras de civismo en este aspecto, los caminos ahora lucen más decentes por la intensificación de la limpieza.
Está siendo este año, en definitiva, difícil conjugar unas normas de acceso al Pou Clar que salvaguarden la seguridad sanitaria y que, a la vez, permitan respetar la convivencia con los vecinos de las casitas de la zona. Un esfuerzo que están llevando a cabo desde el Ayuntamiento de Ontinyent y la Asociación ‘Amics del Pou Clar’, junto con el refuerzo de Policía Local y Guardia Civil.