El Tribunal Supremo ha desestimado la petición aumentar la pena a un celador del hospital de Ontinyent que abusó de una menor mientras estaba anestesiada. Los hechos fueron juzgados por la Audiencia Provincial de Valencia, que le impuso una pena de 5 años de prisión.
La acusación particular presentó un recurso de casación al entender que la situación de la joven, que entonces tenía 16 años, se encontraba en situación especialmente vulnerable, puesto que se encontraba anestesiada tras una operación de amígdalas. El Tribunal Supremo concluye que la víctima no se hallaba en una situación "especialmente vulnerable" en los términos en los que se refiere a ella el artículo 180.1.3 del Código Penal, "por mucho que solo tuviera 16 años y que se encontrara en situación de sueño inducido". El motivo es que no estaba a solas con el agresor en el momento de los hechos.
El Alto Tribunal rechaza la posibilidad de una mayor pena y entiende que pese a la eventual relación de asimetría o superioridad entre víctima y victimario, "es evidente que el celador no se sirvió de ella para la comisión del delito", dado que la menor se encontraba dormida cuando se produjo la agresión, momento en el que -según el tribunal- el profesional "ni siquiera mantenía aquella cierta posición de prevalencia frente a la víctima", al estar presentes en el lugar el anestesista y la enfermera, que trataban de reanimar a la paciente.