El trabajo del desaparecido médico Francisco Martínez Belda durante 29 años en la ciudad de Ontinyent era reconocido este sábado por su ciudad, que desde ahora cuenta con un espacio con su nombre. El alcalde, Jorge Rodríguez, presidía el sábado el acto que servía para estrenar la denominación de la intersección entre la calle del Médico José Riera Roig y de la calle del Médico Rafael Rovira Tortosa (Nuevo Hospital General de Ontinyent), desde ahora "Glorieta del médico Francisco Martínez Belda", para dar continuidad a los homenajes a las personas con gran vocación de servicio por su pueblo, que en el siglo pasado tuvieron cuidado de la salud de la ciudadanía con mucha voluntad, a pesar de no tener los actuales recursos.


En su intervención, el alcalde destacaba que "Don Francisco Belda fue un médico enamorado de sus pacientes y por eso, este espacio que llevará su nombre es muy significativo: es el lugar de entrada en el nuevo hospital y es el lugar donde de una manera colectiva hemos decidido rendir homenaje a los profesionales sanitarios de la ciudad". Así, Rodríguez destacaba que durante los años que ejerció la medicina la gran herramienta de los médicos era la humanidad, "tratar a la gente en un momento complicado de su vida desde la máxima comprensión y desde el máximo aprecio. Con este espacio rendimos homenaje a un gran médico, pero sobre todo a una buena persona".

Capacidad de trabajo y empatía
César Belda, gran amigo de Francisco Martínez, intervenía para poner en valor las calidades del homenajeado, "una persona muy preparada que siempre conocía los avances y los últimos remedios. También tenía una gran capacidad de trabajo y ojo clínico. Tenía la habilidad para curar a sus pacientes y trabajaba con mucho amor, una calidad muy difícil de encontrar porque sin perder la seriedad tenía una gran capacidad para transmitir empatía", manifestaba muy emocionado.
El acto, que reunía decenas de familiares de Franscico Martínez Belda, así como miembros de la corporación municipal y del cronista oficial de la ciudad, contaba también con la intervención de sus hijos, Mª Amelia Martínez y Paco Martínez, que daban públicamente las gracias al Ayuntamiento y especialmente al alcalde Jorge Rodríguez. Mª Amelia resaltaba que "me encanta el lugar que se le ha dedicado. Mi padre era un hombre discreto y este espacio lo es, y también porque cuando llegas al hospital lo primero que te recibe es esta rotonda y sientes que ya has llegado, y encuentras esperanza en la enfermedad que tienes y mi padre también era esto, portador de esperanza". En la misma línea, Paco Martínez indicaba que "este espacio permitirá que mi padre no caiga nunca en el olvido. Siempre se sintió de Ontinyent" y recordaba que era una buena persona "que siempre tenía un buen gesto para la gente. Una persona muy dedicada a la medicina".