El Ayuntamiento de Ontinyent ha presentado los nuevos equipamientos de la flota de limpieza viaria, que apuesta por equipamientos eléctricos y de bajas emisiones sonoras. 
El alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, acompañado por la concejal de Gobierno Abierto, Natalia Enguix; el concejal de Limpieza viaria, Manuel Cuesta, y responsables de la empresa adjudicataria, RECISA, destacaba "la importante inversión en maquinaria y personal para conseguir una ciudad lo más limpia posible, un objetivo en el que es imprescindible la implicación de la ciudadanía". 
Dentro del llamamiento a la implicación ciudadana se enmarca la nueva rotulación de los vehículos, con el lema 'Cuidem Ontinyent', que apela a la empatía y corresponsabilidad ciudadana en aspectos como el correcto uso de las papeleras, o el cumplimiento de los horarios y calendarios de recogida de basura. 
Se debe recordar que el servicio se adjudicó en 2021 a la empresa RECISA con un coste de 726.743'49€ anuales más el IVA durante un período de 4 años prorrogable hasta otros dos, aumentando respecto al anterior contrato los mecanismos de control, incorporando nuevos criterios sostenibles y adquiriendo maquinaria más moderna. 
Desde RECISA, su gerente, Luis Unanue, destacaba estos equipamientos como "muy modernos y enfocados a la nueva legislación medioambiental". En total, se cuenta con 12 vehículos adscritos a la contrata, en su mayoría eléctricos, y los casos en que no lo son, con bajas o muy bajas emisiones, tanto de gases como sonoras. 
Unanue explicaba que "prácticamente todos los vehículos ligeros son eléctricos, como también lo son equipamientos móviles". En general, Unanue destacaba que "toda la maquinaria cumple los requisitos energéticos de la clase energética A o superior". 
En lo referente a los recursos humanos, el personal varía entre 21 y 25 personas en función del momento del año. También se cuenta con nuevos mecanismos de control con geolocalización de los equipos para potenciar una mejor respuesta a las necesidades, y se han incorporado nuevos criterios de sostenibilidad que incluyen la prohibición de utilizar el compost químico glifosato en el control de hierbas; y la utilización de productos de limpieza de baja toxicidad y alta biodegradabilidad, que además no deban estar testados ni experimentados con animales.