Una total falta de escrúpulos parece estar detrás de la despreciable acción llevada a cabo por una mujer, según parece vecina de Ontinyent, que se valió de la bondad y buena fe de José Enrique Aparisi Calabuig, para robarle 1.300 euros de su cuenta corriente. Todo ocurrió el pasado domingo. José Enrique que tiene 45 años de edad y se desplaza en una silla de ruedas mecanizada, a consecuencia de su discapacidad producida por un derrame cerebral en el momento de nacer, lo que le provocó graves secuelas de por vida. Aunque natural y vecino de Aielo de Malferit, José Enrique se desplaza casi a diario a Ontinyent en donde es muy conocido y querido, ya que en nuestra ciudad suele vender lotería.
Hace unos días una llorosa mujer le abordó diciéndole que no tenía dinero para alimentar a sus hijos, que tenían hambre y no podía darles nada, lo que movió a José Enrique a hacerle entrega de los sesenta euros que llevaba encima. Una generosidad que no hizo más que despertar la codicia más absoluta desvergüenza por parte de la mujer que recibió tan extraordinaria ayuda prestada por una persona con las dificultades que afectan a José Enrique.
El pasado domingo José Enrique se encontraba en el Centro Comercial El Teler cuando fue abordado de nuevo por la individua que ya le había sableado días antes 60 euros. En esta ocasión volvió a insistirle en que no tenía nada para darles de comer a sus hijos, por lo que requería de su generosidad una nueva ayuda. José Enrique le dijo que no llevaba nada de dinero encima, pero dada su natural bondad no tuvo inconveniente en decirle que irían a un cajero automático y le daría veinte euros. Así lo hicieron, dirigiéndose a un cajero de Caixa Ontinyent ubicado en la plaza de la Concepción. Una vez allí se valió de sus habilidades para despistar a José Enrique diciéndole que se iba a preparar la comida a sus hijos, llevándose su tarjeta. Al momento, José Enrique reparó en que la mujer no se la había devuelto, sospechando, además, que podría recordar el PIN de la tarjeta ya que se lo había facilitado. Por más que José Enrique se apresuró por dar cuenta de la sustracción de su tarjeta, la mujer ya había efectuado tres extracciones, dos de quinientos euros y una de trescientos.
Presentada la correspondiente denuncia, la policía ha iniciado ya una investigación con la finalidad de identificar a la autora de esta estafa para la que se valió del buen corazón de José Enrique.