JOSÉ LUIS TORRÓ

Tal día como el del pasado martes, festividad de Sant Antoni del Porquet, pero ochenta años atrás, nacía en Valencia José Antonio Burriel San Vicente.  Sí, me refiero al abogado y periodista cuya firma aparece con cierta frecuencia en estas mismas páginas de LOCLAR. Su cumpleaños parecía ocasión propicia, como así fue, para que amigos, conocidos, colegas, se convocasen para darle  un homenaje de afecto y agradecimiento por su incansable labor a favor de los derechos de la  mujer y en contra de quienes con su violencia de palabra u obra la menosprecian y maltratan.

Son más de veinte años los que Burriel –Burri para amigos y conocidos— dedica sus mejores y mayores esfuerzos en conseguir  que el lema “No más violencia de género” sea posible y cuanto antes, mejor. Para lograrlo, al bueno de Burri no le ha importado escribir artículos, muchos de ellos publicados en estas mismas páginas; dictar conferencias; pronunciar charlas en decenas de escuelas, colegios, asociaciones de vecinos y allí en donde se le ha requerido; participar como contertulio en programas de radio y televisión. En todos estos foros ha estado él dando testimonio de lo que es un compromiso ético y social como lo es, sin duda, luchar contra la violencia que todavía padecen decenas de miles de mujeres en España.

El homenaje a José Antonio Burriel merece que tenga reflejo en los medios de comunicación en su papel de ser notarios de la actualidad. Las principales razones para que se le homenajee ya han sido apuntados, pero será conveniente anotar algunos más. Por haber llegado a los ochenta años con la lucidez de la que puede presumir. Por el empuje, ganas y compromiso que adornan su biografía. Por no haber pensado en jubilarse sino en continuar trabajando por lo mismo que viene haciéndolo desde hace más de dos décadas. 

Los convocantes del homenaje nos pidieron a algunos de sus amigos que enviásemos un mensaje de adhesión al acto. Mi escrito aquí lo reproduzco.  “Querido Burri:

Los pronósticos meteorológicos anuncian para hoy, día de tu 80 cumpleaños, la entrada de un frente frío. Puede ser. Eso a ti no te afecta. Porque hoy comprobarás en cuerpo y alma el mucho calor que provocas y has provocado a lo largo de una vida entregada, solidaria, cívica y provechosa. Estarás arropado por quienes te quieren y, por eso mismo,  hacen público testimonio de su sincero agradecimiento.

Si hay una palabra que hoy debe ser exaltada como homenaje a su persona y tu trayectoria personal y profesional, ésa palabra no es otra que  gracias.

Gracias a tu madre por haberte parido como eres.

Gracias por tu compromiso con toda persona que te necesitaba.

Gracias a tu trabajo en defensa de los derechos de toda mujer y más si se encuentra padeciendo acoso o agresión a manos y mente de un canalla. 

Gracias por su contrastado sentido de la amistad. Si quienes apenas te conocen siempre hablan bien de ti, qué no tendremos que decir quienes si te conocemos y, por eso mismo, te queremos.

 Gracias por tus escritos en prensa, tus comentarios en radio, tus opiniones en televisión. Nadie como tu ha hecho más por erradicar la lacra de la violencia de género en nuestra sociedad.

Gracias por ser como eres. Como lo has sido en estos ochenta años que para nada los aparentas.

Gracias por ser José Antonio Burriel de San Vicente. Y que lo seas por muchos, muchísimos más años. Que Dios te bendiga. Ámen”.

Cualquier otro con la edad del Burri —incluso mucho más jóvenes—ya llevaría tiempo dedicado al ocio de su bien ganada jubilación, pero conociéndole sé que mientras  una mujer esté  en peligro de ser atacada, vejada, insultada o menospreciada, él no se concederá descanso. Buena cosa sería, por aquello del objetivo cumplido, que le viésemos  felizmente jubilado y felizmente disuelta la asociación “No más violencia de genero”.