La vicepresidenta primera y responsable de Igualdad de la Diputació de València, Natàlia Enguix, ha inaugurado el VII Feminario con estas palabras de Giselle Pelicot: “Quiero que todas las mujeres que han sido violadas no se sientan avergonzadas por más tiempo; no nos corresponde a nosotras sentir vergüenza, sino a ellos... Ya es momento de que cambie la sociedad machista y patriarcal donde se trivializa la violación”. Enguix ha rescatado las palabras de Pelicot, violada por más de 50 hombres que reclutó su propio marido, para abrir un congreso feminista que revisa los 20 años de Ley contra la Violencia de Género en España.
Enguix ha lamentado “la estupefacción, el horror, la tristeza, la impotencia y la rabia” que provocan en la sociedad hechos horrendos como el de Pelicot, o como el impacto que causó en España el cruel asesinato de Ana Orantes a manos de su ex marido en 1997. Esta mujer granadina, homenajeada en el Feminario, denunció a su agresor en un plató de televisión y días después fue brutalmente asesinada por este. “Giselle y Ana son ejemplos de valentía y fortaleza, dos mujeres que pusieron nombre y cara a sus agresores y verdugos, como tantas otras”, ha señalado la vicepresidenta de la Diputación, quien insta a “cambiar el relato y repensar cómo avanzar en el fin de todas las violencias contra las mujeres”.
Acompañada por la vicepresidenta segunda, Reme Mazzolari, y la diputada de Bienestar Social, Imma González, la responsable provincial de Igualdad ha presentado un congreso que conmemora los 20 años de la ley estatal contra la violencia machista, al que se ha sumado el presidente Vicent Mompó, quien ha asistido a la primera de las mesas sobre los orígenes del “mejor marco legislativo posible para erradicar la violencia de género”. “El texto aprobado en diciembre de 2004 fue un paso fundamental en la protección de los derechos de las mujeres, pero la violencia machista sigue siendo una intolerable realidad que afecta a miles de mujeres en España y el mundo y nos obliga a seguir luchando hasta que ninguna mujer la sufra”, apunta Enguix.
Sobre los orígenes de la ley orgánica contra la Violencia de Género han debatido Susana Camarero, vicepresidenta del Consell e integrante de la comisión mixta que elaboró la ley; y la psicóloga forense María Escudero. Ambas han coincidido con la vicepresidenta Enguix en los avances provocados por el documento, que reconoció la lacra como una cuestión pública, y también en la necesidad de “nuevas propuestas para combatir los feminicidios y todas las formas de violencia contra las mujeres, que parecen adaptarse al paso del tiempo”.
Orígenes y retos de la ley
En la misma línea ha pronunciado la conferencia inaugural del Feminario la jurista María Durán, ex directora del Institut de la Dona del gobierno balear. Durán destaca los avances conseguidos tanto en los derechos de las mujeres como en su protección ante la lacra de la violencia machista, pero advierte de los retos que van apareciendo con el paso del tiempo, caso de “las custodias compartidas impuestas y los regímenes de visitas a maltratadores con los que debemos acabar; la formación especializada para todos los operadores judiciales; la adaptación de la normativa a las nuevas violencias digitales; y la abolición de la prostitución”.
María Durán ha agradecido su invitación al Feminario, “un espacio de diálogo en el que podemos caminar juntas, escuchando y compartiendo ideas para dar respuesta a esos nuevos retos del feminismo, porque es evidente que queda camino por recorrer cuando sigue existiendo negacionismo y hay mujeres que tienen miedo a denunciar, sienten vergüenza o temen no ser creídas”.
Frente a unas cifras que dejan 42 mujeres asesinadas y 32 menores huérfanos y huérfanas en lo que va de año, Natàlia Enguix asegura que “no podemos permitir la idea de que los asesinatos machistas son un hecho inevitable que forma parte del orden natural de las cosas; ni que se denuncie un caso de violación cada dos horas o que el 70% de las víctimas de violencia digital sean mujeres y niñas”. “Nos debe seguir escandalizando”, ha concluido Enguix.