Aielo de Malferit está de enhorabuena, ya que en 2022 ostentará la Capitalidad Cultural Valenciana de las poblaciones menores de 5.000 habitantes. Una distinción que comporta diferentes responsabilidades y proyectos, entre ellos la difusión de la cultura propia, el patrimonio y la investigación histórica. 
En esta línea de trabajo, el Ayuntamiento de Aielo de Malferit ha encomendado a un grupo de personas de la localidad vinculadas a la cultura y patrimonio, la redacción de la biografía de Baptista Aparici Belda (1857-1942). Ellos son: la escritora Mariló Sanz Mora; la archivera y bibliotecaria María Jesús Juan y el cronista local Ferrán Castelló. La biografía se editará dentro de la Colección Bocins, gracias al área de Cultura de la Diputación de Valencia. 
Esta publicación permitirá conocer la trayectoria personal y profesional de Baptista Aparici. Con 23 años, junto a dos socios, estableció la fábrica de licores Aparicio, Sanz y Ortiz, la cual obtuvo numerosos premios nacionales e internacionales, como los obtenidos en París. Baptista era el encargado de la promoción y venta del producto. También es considerado uno de los impulsores de la central Hidroeléctrica Ayelense, y fue una de las diez primeras construidas en el territorio español. 
Después de no tener éxito en una nueva empresa de licores de Xàtiva, vuelve a Aielo. Es en este momento cuando poco a poco se introduce en el mundo agrícola. En la primera década del siglo XX entra en los campos valencianos la filoxera, que arruinó las viñas. Baptista encuentra la solución introduciendo en los campos ayelenses la vid americana, resistente a la enfermedad. Así, con el paso del tiempo, Aielo llega a ser el principal productos y exportador de España de lo que se conoce como 'barbado', que año tras año, da trabajo a muchas personas. Además, Baptista crea una sociedad, el 'Centro Vitícola y Olivícola Ayelense', donde incluye el cultivo de la variedad de olivo 'xanglotera', que se comercializó a gran escala por el mundo. 
En su faceta altruista, entre otras cosas, contribuye monetariamente a la construcción y manutención del Hospital Beneficencia. También impulsó la construcción del cuartel de la Guardia Civil y dio los terrenos para edificar las escuelas, y a la vez ayudó económicamente para llevar adelante las obras de ambos edificios. De manera especial se le recuerda porque ayudó en numerosas ocasiones a los hombres en paro de la localidad, dándoles trabajos no necesarios para que llevaran jornales a casa. Fue además alcalde de Aielo en la década de 1920.  
Queda pendiente la investigación, edición y divulgación de su biografía, una historia que no sólo pretende recoger la vida de una persona tan importante para la localidad, sino demostrar cómo, gracias a Baptista Aparici, "la vida de mucha gente mejoró", destacan desde el consistorio de la localidad.