“La comunicación de Ontinyent es una cuestión vital a resolver” - loclar

- Por un lado estarían las preventivas como, por ejemplo, la señalización para informar, la organización de aulas para cumplir la distancia social, la instalación de puntos de hidrogel en la entrada del centro y de todas las aulas y resto de lugares (secretaría, biblioteca, laboratorios...), etc.

Por otro lado, estarían las docentes. Aquí cada centro ha elegido un modelo diferente atendiendo a las características propias. Por ejemplo, la Facultad de Magisterio ha elegido un sistema dual donde cada grupo se ha dividido en dos y cada uno de este subgrupo acude presencialmente unos días marcados y se queda en casa haciendo tareas indicadas por el profesorado los otros días. En cambio, Enfermería ha optado, a excepción de primero en qué todo es presencial, en que la mitad de un grupo haga la clase presencial unos días concretos y la otra la pueda seguir por videoconferencia y después se intercambian papeles. ADE y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte han decidido hacer unas sesiones por videoconferencia y otros presenciales reduciendo grupos.

- En algunos aspectos una ventaja porque organizar un campus de estas dimensiones siempre es más sencillo por tamaño y magnitud de número de alumnos, personal, instalaciones... Pero también compartimos los mismos interrogantes e inquietudes que cualquier centro educativo (sea grande o pequeño). Nosotros contamos con la ventaja, respeto otros niveles educativos, que nuestros estudiantes son mayores de edad y, por lo tanto, son responsables de sus propios actos.

Una cuestión que nos ha afectado negativamente ha sido la difícil comunicación que Ontinyent tiene con el resto del territorio. La Vall d'Albaida parece una isla entre montañas en cuanto al transporte público. Se han suprimido autobuses y trenes como, por ejemplo, la reciente eliminación por parte de RENFE del primer tren que salía de València y que permitía al alumnado que vive cerca de la capital poder llegar a tiempo a las clases. Creo que es una cuestión vital a resolver si queremos que la igualdad de oportunidades sea real.

- Yo creo que sí. Disponemos de espacio suficiente para la construcción de nuevas infraestructuras si fuera necesario, gracias al solar que adquirió el Ayuntamiento y que recientemente aprobó su sesión en la Universidad. Todo va a depender de la voluntad de los actores que hicieron posible la creación del Campus de Ontinyent que, al fin y al cabo, son la sociedad civil de estas comarcas.

También habrá que abordar las mejoras necesarias en el acondicionamiento del edificio histórico para que pueda tener un uso más adecuado tanto por la parte de administración, como docente y cultural. Pero tenemos que ser conscientes de la realidad social y económica que nos viene encima y que habrá que marcar una serie de prioridades.

- Esto va a depender de muchos factores, pero sea qué sean tienen que seguir el mismo criterio que se usó en la implantación de las cuatro que tenemos: que tengan una alta demanda por parte de la sociedad para que los recursos estén bien aprovechados y que la implantación sea sostenible en la parte social y económica, no podemos olvidar que somos una universidad pública.

- Unisocietat es uno de los colectivos más afectados por esta situación y esto ha hecho que, a pesar de que todo el estudiantado está contento con el programa, este año va a haber menos matriculados y hemos tenido que agrupar grupos. El final del curso pasado lo hicimos online, pero es una metodología que no se adecua a las características del alumnado de Unisocietat. Este año, hemos preparado clases presenciales que empezarán en octubre, pero con grupos más reducidos y con las medidas de seguridad apropiadas.

- Entre las cuatro titulaciones estaremos sobre los 800 alumnos de Grado y unos 150 de Unisocietat, por lo cual serán alrededor de los 1.000 estudiantes en el Campus. Una cifra un poco inferior al curso pasado por la bajada de alumnado de Unisocietat, pero que está muy bien para la situación en que estamos. Además, hemos tenido una alta demanda de matriculación en primero de los Grados con una lista de espera que superaba en centenares o en miles la oferta disponible.

- Creo que valoran el prestigio de ser estudiantes de la Universitat de València, pero también el trato próximo que permite un Campus universitario de estas dimensiones. Al final, nuestros estudiantes valoran que ese contacto personal es un valor añadido a la profesionalidad académica que les ofrece el profesorado de la universidad más importante del territorio valenciano y una de las más importante a nivel nacional e internacional.