Este martes 31 de octubre, las calles de Poble Nou de Ontinyent se transformaron en un mágico escenario de misterio y diversión con la esperada "Nit dels Monstres", una fiesta organizada por Comerç In, con el patrocinio de Inmobiliaria Albiñana y Reciclajes Guerola, que llenaba las calles de Ontinyent de miedo y diversión a partes iguales.

La velada marcó la segunda edición en la que Comerç In se embarcó en una actividad de animación que embrujó a la comunidad local. En esta ocasión, contó con la presencia de dos monstruos en formato cabet, confeccionados a partir de materiales sostenibles y que transmitieron valiosos mensajes. El monstruo del Pou Clar, por ejemplo, se dedicó a fomentar los valores del respeto al medio ambiente y la sostenibilidad, y contó con el respaldo de Reciclajes Guerola como patrocinador. Por su parte, la "Bruixa de la Vila", patrocinada por Inmobiliaria Albiñana, tuvo como objetivo sensibilizar a los más jóvenes sobre la importancia de colaborar en las tareas del hogar. 

Para participar en el pasacalle programado, previamente se habían podido retirar los pasaportes en los comercios IN, que estuvieron convenientemente señalizados. Este pasaporte permitió a los participantes sumarse al pasacalle que arrancó a las 19:30 desde la calle Sant Antoni y culminó en la plaza de Santo Domingo, donde aguardó una fiesta que incluyó sorpresas y regalos para todos los asistentes. Así, los niños y niñas que entregaron el pasaporte en la Plaza de la Coronación recibieron un detalle por su participación. Por su parte, el pregón de la noche estuvo a cargo del concejal de Juventud Àlex Borrell.

Además, entre el 2 de noviembre y el 18 de este mes, los monstruos estarán exhibidos en la Inmobiliaria Albiñana, brindando a los más pequeños la oportunidad de tomarse una fotografía junto a estas enigmáticas criaturas. Los participantes tuvieron la posibilidad de entrar en un sorteo que les dio la oportunidad de llevarse a casa réplicas de ambos monstruos. La buena acogida familiar, junto con las condiciones meteorológicas eran los dos factores clave que acompañaron al éxito de una fiesta que cerró la noche de Todos los Santos.