Del diario “El Mundo” extraigo este párrafo de una crónica firmada por Iván Pérez, dando cuenta del cambio que se produjo en la Diputación de Valencia cuando Jorge Rodríguez accedió a su presidencia: “… El alter ego de Jorge Rodríguez es Ricard Gallego, un licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universitat de València y Máster en Comunicación Política y Electoral por la Autónoma de Barcelona. Gallego, que cubrió durante 16 años la información de Alfonso Rus, trabajaba en el diario Levante-EMV -1992-2011-, como delegado en la Costera y la Vall d’Albaida cuando Jorge le ofreció la oportunidad de embarcarse en su proyecto político. El periodista quedó prendado con la seriedad y la sensatez del hoy presidente y su visión política rompedora. Después de 20 años denunciando lo que otros gestores públicos no hacían bien, se encontró con uno que iba de cara y se sumó a su causa.
La relación entre Jorge y Ricard es de gran afinidad y se cimenta en el compromiso mutuo de creer el uno en el otro. Casi hermanos... Desde que Gallego llegó a Ontinyent como jefe de gabinete de Alcaldía y Comunicación acumula tres mayorías absolutas en el ayuntamiento y se ha convertido en la sombra de Jorge Rodríguez…”. 
La alborozada imagen de Jorge y Ricard, llegando juntos al Ayuntamiento de Ontinyent el 30 de mayo, a poco de conocer la absolutoria sentencia del caso Alquería,  es la de dos amigos que celebran jubilosos el fin de una insoportable pesadilla sufrida y compartida. 
- Ricard, esa imagen es la del triunfo. ¿Cuál fue tu primer pensamiento al saberte liberado de una petición de condena, después de haber padecido las sucesivas penas de telediario y titulares de prensa?
- Una alegría indescriptible y, al mismo tiempo, mucha rabia por haber tenido que pasar por todo esto sin ninguna necesidad. La noticia nos pilló reunidos a Jorge, Natàlia y a mí hablando del nuevo gobierno municipal, la Diputación… Jorge recibió la llamada de Manolo Mata y enseguida supe que era la sentencia. Fueron unos instantes que no olvidaré jamás, como el recibimiento el día después de la detención en Santo Domingo. Aún me pone los pelos de punta cuando lo recuerdo.
- ¿Qué dice la sentencia que para ti resulta más descollante e importante?
- Lo más importante es que deja sentado que nuestra actuación en Divalterra fue impecable. Que la creación de una estructura de altos directivos “permitió ampliar significativamente su actividad sin que lo hiciera el presupuesto”, dice textualmente. Y que, como siempre sostuvimos, el caso Alquería era al revés: los delincuentes son los que nos denunciaron. Es una sentencia demoledora para el fiscal y el juez instructor en la que el Tribunal emplea incluso la ironía para desmontar las acusaciones. Llega a decir que cómo es posible que el agente de la UDEF que lleva la investigación, que tiene formación en Biología y Geografía e Historia, se dedique a sentar cátedra en materia de derecho laboral cuando ni los catedráticos de la materia se ponían de acuerdo.

CONOCER A XIMO PUIG
- ¿Cómo valoras la respuesta de Ximo Puig de no pediros disculpas, sobre todo a Jorge, añadiendo que “se hizo lo que se tenía que hacer”?
- A Ximo Puig se le cayó la careta en esa intervención. Al ya ex presidente se le conoce poco de puertas para adentro y a los tipos que lo rodean, menos.
-  ¿Maniobra orquestal en la oscuridad, fuego amigo, “al suelo que vienen los míos”, celos….? ¿Por qué esta pesadilla? ¿Quién ha movido los hilos de esta maniobra?
- Siempre hemos creído que se produjo la tormenta perfecta contra Jorge. En Madrid, el PP había perdido un mes antes el Gobierno por la corrupción de Gürtel, los sinvergüenzas de los denunciantes sabían que tenían los días contados en la empresa por corruptos, en el Palau de Ximo Puig veían como una amenaza el buen cartel de Jorge Rodríguez y Ábalos no lo podía ver desde que no se plegó a su manejos en el nombramientos de asesores en la Dipu. Así que a todos nuestros enemigos, más que adversarios por su modo de proceder, les vino bien ese despliegue policial antiterrorista y la instrucción del juez y el fiscal para intentar acabar con la carrera política de Jorge. La sentencia pone a todos en su sitio.
 - ¿Cuántas veces has echado de menos el periodismo y lamentado haberte alienado con Jorge Rodríguez como lo has hecho?
 - Nunca. Creo que estoy al lado del mejor político español del momento, el más capaz pero, sobre todo, el más íntegro que conozco. La gente de Ontinyent lo sabe y por eso nunca dudó de su honorabilidad. El periodismo debería hacer una reflexión. En el caso Alquería, los grandes medios no han estado a la altura. Nos condenaron desde el primer minuto. Diría que, como poco, han hecho el ridículo.

LA ENVIDIA ES MUY CORROSIVA
- En algunos círculos se te llegó a culpar de la desgracia de Jorge Rodríguez. ¿Qué opinas?
- Sí, lo sabía, la envidia es muy corrosiva. Nuestros enemigos expandieron este infundio para acabar con el escudo de Jorge. Lo siento por esos mediocres, pero la sentencia dice textualmente: “es claro, por tanto, que [Ricard Gallego] no participó en las contrataciones”. Además, es que era imposible porque yo estaba centrado en Presidencia y no en la empresa pública. Es como el episodio aquel que se me atribuía a mí de haber insultado a uno de los denunciantes en un consejo de administración. Es que no aparece ni en la sentencia. Una falsedad más.
- Como periodista, ¿qué crónica harías del resultado electoral; absolución judicial del Caso Alqueria; y haber ganado el diputado comarcal?
- Buf, me habría encantado haber tenido la oportunidad de escribir una crónica así. Lo que debe saber la ciudadanía de Ontinyent es que está viviendo momentos históricos que se recordarán durante décadas.

ENS UNEIX TIENE UN GRAN FUTURO
- ¿Qué futuro le auguras al partido Ens Uneix en Ontinyent y comarca? ¿Es exportable a otros municipios valencianos?
- Si en las circunstancias excepcionales en las que nació el partido ha obtenido alcaldías y un diputado provincial, se puede pensar que tiene un gran futuro con la nueva normalidad. Es exportable a otros municipios y a otras comarcas, como se ha visto. Hay mucha gente que nos ve como un partido necesario para no perder la esperanza.
- ¿De qué actuaciones promovidas desde el Ayuntamiento te sientes más satisfecho en estos años?
- Hay muchas, pero la más transformadora y audaz es la de la Cantereria, sin duda. La ciudadanía no sabe todo el trabajo que hay detrás y lo difícil que fue tomar la decisión. Por algo el Ministerio de Medio Ambiente lo ha puesto como ejemplo de lucha contra el cambio climático desde un ayuntamiento. Esos proyectos son los que nos distinguen.

CLUSTER TEXTIL Y CANTERERIA 
- ¿Qué se consiguió con el clúster textil y cómo lo valoras?
- Igual que el proyecto de la Cantereria, el clúster textil sanitario es un ejemplo de cómo desde un ayuntamiento se puede incidir directamente sobre la economía local en una pandemia. Tenemos un sector empresarial envidiable que enseguida puso todo de su parte para afrontar la crisis sanitaria codo con codo con el ayuntamiento y eso es algo que nunca olvidaremos. Por contra, fue una lástima que desde la Generalitat la que podía apoyarnos sólo hizo que poner palos en las ruedas y traer aviones de la China. No nos dieron ninguna ayuda al clúster sanitario.
- ¿Qué vais a decidir sobre el futuro de la Diputación de Valencia? ¿A quién vais a dar apoyo y por qué?
- Primero que nada hay que poner en valor que de los 266 municipios de la provincia, será Ontinyent el que decida el gobierno de la Diputación de Valencia. No tenemos un escaño más, tenemos “el escaño”, y de eso hay que sentirse bien orgullosos. 
Respecto de a quien vamos a apoyar, todavía es pronto porque las negociaciones empezarán cuando se constituyan los ayuntamientos, a partir del día 17 de junio. La ciudadanía está tranquila porque sabe que su voto está en buenas manos y nuestra diputada, Natàlia Enguix, hará lo mejor para los intereses de Ontinyent y de la Vall d’Albaida.
- De periodista a periodista, ¿qué pregunta te harías a ti mismo como remate de esta entrevista? 
- (Risas) He hecho cientos de entrevistas en mi carrera como periodista, pero la verdad es que hacerme una pregunta, la que sea, me parecería pretencioso. No. Terminaría diciendo aquello de “no hay más preguntas, señoría”, que ya hemos tenido que aguantar lo que no está en los escritos por culpa de unos delincuentes sobre los que sí debería caer el peso de la justicia.