El pasado día 15 de octubre se levantaba la prohibición de las quemas de poda y restos agrícolas tras la temporada de verano. En el caso de Ontinyent, dado que tan solo se puede quemar lunes y miércoles, el lunes, día 18, fue el primero en el que se podía poner en práctica esta antigua costumbre, muy cuestionada los últimos años.
Así, el lunes y el miércoles desde primera hora de la mañana y hasta casi el mediodía, gran parte de la ciudad se cubrió de la humareda que dejan estas hogueras. El olor a quemado se podía apreciar perfectamente desde el centro de la ciudad.
Por ello, este periódico planteó una encuesta en www.loclar.es, en la que se preguntaba si esta práctica se debe mantener o si debería ser prohibida. El resultado deja que casi un 60% de los participantes, exactamente el 59’17% ha votado por prohibirla, mientras que el 40% restante opta por mantener esta práctica para eliminar los restos agrícolas, tal y como se ha hecho siempre.
Cabe señalar que el Plan Local de quemas establece dos zonas diferenciadas. En la zona general se permite quemar lunes y miércoles desde el alba hasta las 13:30 horas siempre que el nivel de pre emergencia sea 1, mientras que la zona de máximo riesgo, (parcelas a menos de 30 metros de terreno forestal) tan solo se puede quemar martes y jueves, previa solicitud de un certificado en el que se especifique dónde se va a quemar y también se requiere la presentación de una declaración responsable para cada quema. La quema de rastrojos no está permitida en las zonas de máximo riesgo.
Además de la votación en la encuesta, han sido muchos los internautas que han mostrado su opinión por escrito. Por una parte, están los que defienden la necesidad de terminar con esta práctica, dada la problemática del cambio climático, así como los posibles efectos nocivos sobre la salud. Por otra parte, están los que achacan el exceso de humo al hecho de que solo se permita quemar dos días, lo que provoca una mayor concentración de esta actividad y proponen, por tanto, que se pueda quemar más días a la semana, de manera que los efectos de las quemas no se concentren tanto. Aquellos que proponen prohibir, piden también una mayor inversión en potenciar las alternativas y una mayor concienciación ciudadana para hacer el mayor uso posible de las alternativas que hay actualmente.

Las alternativas
Para evitar las quemas y las molestias que ocasionan, desde la concejalía de Medio Ambiente se ofrecen cuatro alternativas. La primera de ella es el triturado in situ para viviendas del diseminado. Para ello, hay que solicitar el servicio en la web municipal o en el departamento de Medio Ambiente, tras lo cual, el desde el Ayuntamiento se envía una trituradora y operarios al bancal. Es un servicio gratuito en el que el propietario tan solo tiene que tener los restos de poda en un punto accesible para la furgoneta. La cantidad máxima es de 5 metros cúbicos por instancia.
Para las parcelas en zona urbana, existe un servicio de recogida a domicilio, en el que los servicios municipales, previa solicitud del servicio y aviso del día en el que pasarán, recogen los restos que deberán estar depositados en sacos de rafia.
En tercer lugar, el consistorio dispone de trituradoras domésticas eléctricas, que cede a los propietarios de parcelas, de viernes a miércoles. Se trata de un servicio que es gratuito y en el que el usuario tan solo tiene que firmar un documento en el que se compromete a hacer buen uso de la máquina.
Por último, también se pueden llevar los restos de poda al ecoparc, con un límite de 1.500 kilos al mes. Es un servicio que, además, conlleva el poder acumular puntos para reducir el recibo de la basura.