Durante un par de horas del pasado miércoles, festividad de San Blas, en las ediciones digitales de la mayoría de los diarios valencianos se pudo leer con realce, que el Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia “procesa a Jorge Rodríguez y 14 cargos del PSPV y Compromís por las contrataciones en Divalterra”. O lo que es lo mismo, el conocido como “caso Alquería”, que tuvo una cinematográfica puesta en escena con la detención de Jorge Rodríguez y algunos de sus colaboradores a los que se les castigó con pasar una noche en una mugrienta celda de una comisaría de Valencia, privilegio que no han disfrutado los pujoles.
A medida que se conocían más datos  sobre el número de contagiados, y de las letales cifras de fallecidos a consecuencia de  la pandemia de coronavirus, que un día más se había cebado con la mayor vesania en la Comunidad Valenciana, la noticia que afectaba al alcalde de Ontinyent y otros catorce investigados perdía gran parte del esplendor tipográfico.
Todos los medios de comunicación que dieron la noticia coincidieron en el error de dar por cierto “el procesamiento de Jorge Rodríguez”. Pocos periodistas conozco que sean  conocedores del Derecho y menos aquellos que puedan ser considerados expertos. En descargo  de mis colegas debo  decir que también son muchos los políticos que no tienen ni idea de las leyes y de ahí su facilidad para conculcarlas. 
Pues no. Jorge Rodríguez no está procesado. “Aún no lo está, pero lo estará” me podrá reprochar alguno de los que suspira por verle ya procesado y condenado. Tendrán que esperar. Y aunque con mayor probabilidad que de lo contrario, Jorge Rodríguez y demás compañeros del “caso Alquería” acabarán siendo juzgados. Copio lo se podía leer  al respecto en la edición digital del periódico La Vanguardia, “el auto del Juzgado de Instrucción 9 de Valencia, que técnicamente es de incoación de Procedimiento Abreviado, supone en la práctica el procesamiento de los encausados y debería dar lugar a que se fije fecha de juicio oral contra los inculpados. De hecho, pide al fiscal y demás acusaciones que, en el plazo de diez días, soliciten la apertura de Juicio Oral formulando escrito de acusación, aunque también podrían solicitar nuevas diligencias e incluso, al menos en teoría, el sobreseimiento de la causa”.  Pues eso, que en el procedimiento abreviado (no lo dirán por las prisas que no se ven) que se sigue en este caso, no existe el procesamiento y ahora fiscalía y acusaciones particulares deberán ratificar sus pretensiones o pedir el sobreseimiento.
 A Jorge Rodríguez y los demás investigados les aguarda una larga espera, que no será cómoda ni distendida. La Justicia en España es lenta y los procedimientos se eternizan en magistraturas atiborrados de papeles porque no parece que los avances informáticos hayan llegado todavía a la mayor parte de sus oficinas  de la Comunidad Valenciana y de España en su conjunto. Toda la pachorra que se gasta la Justicia  se transforma en fulgurante reacción por parte del PP que, dando por cierta la noticia del procesamiento de Jorge Rodríguez, se apresuraron a pedir su dimisión como alcalde de Ontinyent.
Tiempo al tiempo.  Que Jorge Rodríguez  y compañeros investigados lo tienen hoy peor que el martes, sin duda, pero habrá que esperar para ver si el proceso acaba en procesamiento, que será lo más probable. Pero, en el último minuto de la prórroga el Levante eliminó al Villarreal y en el 88 el Barça que perdía 2-0  frente al Granada, en donde todo es posible, acabó el partido empatado y forzando la prórroga que ganó. El fútbol, como paradigma de la vida misma, incluida la Justicia, puede dar una pista. O no, nunca se sabe.